NAVIDAD: CAMINAMOS JUNTOS
Caminamos juntos como parroquia, como comunidad cristiana que cree en Jesús el Señor y lo sigue con ilusión y ánimos renovados, con fidelidad y dando testimonio del gozo del Evangelio, en nuestro barrio, en el seno de la familia, y en todos los ámbitos en que nos movemos y vivimos. Si el Adviento está marcado por la presencia, y a la vez por la espera, Navidad es el tiempo de promesas que se cumplen y de la Esperanza que no defrauda: Dios se encarna. “La Palabra se hace carne”, persona humana. El niño que va a nacer se llamará “Jesús” (“Dios salva”). Es la presencia salvadora de Dios, que ha puesto su casa entre nosotros. Dios confía en la humanidad, le dice: Sí. Navidad es el tiempo del sí de Dios, y es también el tiempo de nuestro Sí: a Dios y a cada persona. La cercanía de Dios, la fidelidad a Dios me conduce a la caridad sincera y gratuita hacia nuestro prójimo sufriente. Me pongo a la escucha de Dios, y me hago disponible a los planes que Él tiene para mí. Descubro su rostro en el otro. No paso de largo ante la miseria y el dolor de la humanidad. Digo sí a la humanidad, a través de una fe que se encarna en el trato de amistad con Dios, en el servicio fraterno, y en el testimonio del gozo de creer en Jesús.
Caminamos juntos como parroquia, como Iglesia: estamos “de Sínodo”. Nos ponemos a la escucha del Espíritu Santo en su Iglesia. Escuchar y discernir su voz a partir de las palabras y experiencias de cada persona. Un tiempo oportuno de presencia y paso de Dios entre nosotros para crecer en comunión, participación y misión.
Caminamos juntos, es Navidad: tiempo de celebrar, escuchar, acoger, servir y anunciar a Jesús, el "Dios-con-nosotros".
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